Por Fernando Valdés, Director de Asuntos Públicos en Strategika

Comencemos haciendo la diferencia entre lobby, asuntos corporativos y asuntos públicos.

Por “Lobby” entenderemos cualquier acción tendiente a influir en alguna decisión de la Administración Pública, respecto de una regulación y/o política que pudiera favorecer los intereses de algún grupo en particular.

En cambio las “Relaciones Institucionales” apuntan a las diversas actividades que se realizan para mantener la comunicación con los stakeholders y el entorno de cada empresa.

Finalmente “Asuntos Públicos” está orientado a establecer y mantener las relaciones con diversos stakeholders de interés para la empresa: gobierno, parlamento, comunidades y en general con todo organismo y/o persona que en alguna medida influya o se sienta afectado por la actividad que desarrolle la empresa. Es a través del desarrollo de una correcta estrategia de asuntos públicos que se construirá una relación que beneficiará a ambas partes, basado siempre en la total transparencia.

En virtud de lo anterior podemos entender que el campo de acción de los asuntos púbicos es más amplio, diverso y complejo. Tanto así que las estrategias incluyen múltiples bajadas entre las cuáles podemos encontrar al lobby a las relaciones institucionales, entre otras.

Cuando una empresa desarrolla una estrategia de asuntos públicos, se debe a la necesidad de poder desarrollar un canal de comunicación abierto con diversos stakeholders y así poder mantener una relación que le permita entregar información de interés para ambas partes.

De manera específica los asuntos públicos desarrollan la función de contacto con las autoridades para mantenerlas informadas respecto de los avances, cambios y/o modificaciones que se pueden ir suscitando en el desarrollo y avance de proyectos y trabajo que ejecute cada empresa en particular. Todo lo anterior debe verse reflejado en presentaciones formales, ingreso de antecedentes ante la autoridad competente u otro accionar que otorgue la legalidad de las acciones realizadas durante el tiempo.

Respecto de la utilidad que los asuntos públicos tienen para las autoridades, destaca la oportunidad de estar informados y poder tener acceso a información de primera mano. Todo lo anterior teniendo como principio fundamental de acción que las relaciones se basan en la confianza, oportunidad y transparencia de la información. Lo importante es que la autoridad debe dar las mismas oportunidades y garantías a quienes le soliciten reunirse, no pueden beneficiar a unos por sobre otros.

Finalmente hay que considerar que la mayoría de las materias que tratan los asuntos públicos, obedecen a procesos complejos y que justamente uno de los objetivos es lograr que su ejecución sea de manera correcta y beneficiosa para todas las partes, de ahí que el trabajo de asuntos públicos sea de largo aliento.